Francisco (@fjsistemas) está haciendo un trabajo estupendo con los resultados presidenciales, con lo que me ocuparé del Congreso de la República. En un Congreso con mayoría absoluta del fujimorismo (unos 73 curules) la barrera electoral (o valla) ha funcionado nuevamente, siendo una mala noticia para todos; dejará fuera dos formaciones políticas (Democracia Directa y Perú Posible) fuera del parlamento, los cuales sin una valla nacional hubiesen colocado representantes en la casa de todos (5 y 1, respectivamente).

El caso de Democracia Directa demuestra la perversión de la valla nacional, es el partido más votado en un departamento (Cajamarca, con casi el 40% de los votos válidos) y el tercer partido en otro (Puno, 17% de los votos válidos). En Cajamarca FP doblará los congresistas (de 2 pasará a tener 4) y entrarán dos partidos que el pueblo no eligió en esa circunscripción (FA y APP); en Puno el escaño pasa para FP (que se llevaría 2), con lo cual los votantes (de izquierda) de DD ven como su escaño virtual significa un curul real para el fujimorismo. El escaño de Perú Posible (Lima) pasa al fujimorismo.

El otro elemento significativo es que el fujimorismo, con mayoría absoluta (o rozándola) en el Congreso, tiene una votación popular más baja de lo que parece: el 24,4% de los votos emitidos. ¿Cómo es posible? El alto número de votos inválidos. En Perú (en todo el Perú) si contáramos votos blancos y nulos tendríamos que estos serían la segunda y tercera fuerza política. Si para presidente hubo unos 3 millones de estos votos, para el Congreso el número se eleva sustancialmente: 4,9 millones de votos, el 32,12% de los votos emitidos.

Cierto, no todos los votos nulos son «a propósito», muchos realmente se deben a errores. Todos los votos en blanco son un rechazo a los partidos o el sistema que les obliga a votar aunque no quieran. Pero no es menos cierto que vivimos en un país donde se obvia por completo lo que opinan muchos peruanos y se da su representación a los partidos políticos que, por otro lado, no consiguen agrupar más de un cuarto de los votos emitidos. De hecho, en Madre de Dios (29,6%), Pasco (22,9%), Arequipa (20,8%) y Moquegua (18,8%) la fuerza más votada es «Votos Nulos», mientras que en San Martín (29,27%) ganó «Votos en Blanco», esto es, en cinco circunscripciones ningún partido le ganó a una opción de no-partido.

Si tomáramos en cuenta los votos inválidos y quitáramos la valla, el fujimorismo pasaría de mayoría absoluta a 43 escaños (27,6% del parlamento, aún estaría sobrerrepresentado). Cabe señalar que los partidos solo ocuparían 77 curules, siendo 53 para Blancos y Nulos (el reparto se ha hecho por separado, si los hubiéramos sumado, el resultado sería favorable para ellos).

Tenemos un sistema en que, salvo Lima+Extranjero, todas las circunscripciones son o pequeñas o muy pequeñas (alguna unipersonal), con lo que la mayoría del voto popular desaparece por completo (encima la valla electoral, mencionada supra), por ello, en el simulacro de la tabla de abajo podrán encontrar los resultados si aplicáramos un distrito único (sin barrera), tanto contando los votos inválidos como no. En el primer caso, pasaríamos de 6 a 9 partidos representados; el fujimorismo tendría 48 curules, PPK 22 y FA 19; uno de los más beneficiados del cambio sería la alianza APRA-PPC, que obtendría más del doble (11 en total) de los que con distrito múltiple conseguirá (5), esto se debe a que es un partido con una presencia más o menos estable en todo el territorio nacional (baja, pero estable).

Una tabla con todos los elementos antedichos (clic para agrandar):

Actualización: nota: es un reparto al 82% general que puedo variar, puesto que varios escaños están en «disputa» por un puñado de votos.