Al 91% escrutado, el Partido Popular de Mariano Rajoy vence claramente, remontando los resultados de diciembre de 2015, obteniendo 136 curules y el 32,78% de los votos válidos (4 puntos por encima de hace seis meses, 13 escaños más), sobre todo a costa de Ciudadanos y, un poco, del PSOE. La participación fue casi la misma que en el 2015 (69,71%, unas décimas por encima).

El bloque de derechas sale reforzado, la suma del PP con Ciudadanos (que cae un punto, 8 escaños, colocándose con 32), con 168 escaños, muy por encima del bloque de centro izquierdas.

Las encuestas fracasaron; sobre todo las de a pie de urna que indicaban el segundo puesto para Unidos Podemos. El Partido Socialista mantiene el segundo lugar con el 22.89%, un poco más de votos pero menos escaños, 86 (cuatro menos). La suma de Izquierda Unida con otros partidos, si bien vencen en dos comunidades autónomas (País Vasco y Cataluña), no consiguen 71 curules, el mismo número que en 2015 pero con menos votos (21,2% frente a 23,93%), lo cual debería hacer reflexionar a la izquierda en general.

Parece previsible un gobierno del PP con la abstención del PSOE.