El pasado domingo 25 de septiembre de 2016 se celebraron elecciones autonómicas en dos comunidades españolas, en el País Vasco (Euskadi o Euskal Herria) y en Galicia (Galiza). Elegían a sus parlamentos autonómicos (que, a su vez, eligen al presidente de la Comunidad). Estas elecciones, más que nunca, tienen una trascendencia importante en el plano estatal, en tanto que aún no se constituye el gobierno central, en donde parecía que todos estaban a la «espera» de los resultados autonómicos. Se pueden resumir, ambas contiendas, de la siguiente manera: mantenimiento de los gobiernos existentes (el PP en Galicia, que revalida la mayoría absoluta, mejorando el resultado electoral; y el PNV, que mejora en escaños y se distancia de la segunda fuerza) y que el PSOE (en sus versiones autonómicas) pierde fuerza, importancia y demás. Por mera coincidencia, en ambas elecciones se elegían a 75 parlamentarios.

En la imagen que corona este artículo pueden ver el reparto de curules en el País Vasco; el PNV, del lendakari Urkullo, pasa de 27 a 29 (el sistema de elección del presidente o lendakari es más parecido al de los alcaldes, gana el candidato con más apoyos en la cámara y no se puede votar «en contra» de un candidato) tras obtener el 37,65% de los votos (tres puntos más), mientras que EH Bildu pierde 3,8 puntos, situándose con el 21,23%, perdiendo 4 escaños para colocarse con 17. Las fuerzas nacionalistas repiten una mayoría absoluta en la cámara.

La coalición de Elkarrekin Podemos (que agrupa, junto con Podemos, a IU, Equo y otras fuerzas que sí se habían presentado en 2012, sin superar el 3%), se coloca tercero con 11 escaños y el 14,83%, alejado de sus pretensiones (tras dos elecciones generales donde en el País Vasco ganó en votos) pero superando al PSE-EE, partido que consigue su peor resultado histórico, colocándose con 9 escaños (7 menos que en 2012, que ya había sido un muy mal resultado -habían perdido 9, con lo que suman un descenso, en dos elecciones, de 16 escaños-) y el 11,94% de los votos (7 puntos menos); con 9 escaños también, pero menos votos (10,16%, 1,6 puntos menos), el Partido Popular, que cierra el hemiciclo vasco. Ciudadanos no consiguió entrar (2,02% de votos) y UPyD, que no se presentó, pierde su sitio.

Voy a destacar que las tres principales fuerzas vascas (PNV, Bildu y EP) están a favor de la autoderterminación.

La participación fue de 62,26% del total del censo (1,7 millones); algo más baja que en 2012 (65.96%).

En Galicia, por su lado, Alberto Núñez Feijóo, del PP, repite, por tercera vez consecutiva, mayoría absoluta al obtener, nuevamente, 41 escaños de 75. No solo eso, su partido (PP) consigue mejorar el resultado en votos y porcentaje de votos (casi 2 puntos, colocándose con el 47,53% de los votos). El popular, además, hizo una campaña crítica con su propio partido, afirmando su propio liderazgo e independencia frente a la sede.

En el parlamento gallego habrá una importante novedad: el principal partido de la oposición no será el PSdeG-PSOE (que pasa del 20,61% al 17,88%, dejándose 4 escaños para quedarse con 14) sino En Marea (que agrupa a las coaliciones de izquierdas de esas tierras y a otros como Podemos), que si bien tiene también 14 escaños (5 más que los obtenidos por la coalición predecesora, AGE -EU-ANOVA-), tienen más votos (19,07%, casi 6 puntos más que la otra coalición). Otra dura derrota del PSOE, que va sumando.

BNG (en esta contienda en la coalición BNG-NÓS) consigue aguantar, perdiendo 1 escaño y colocándose como última fuerza con 6, gracias al 8,36% de los sufragios (1,8 puntos menos). Ciudadanos, por su parte, se queda como la primera fuerza extraparlamentaria con el 3,38% de los votos. UPyD, en su camino a la desaparición, tampoco se presentó a estas elecciones.

La participación en estas elecciones fue del 63,75% (sobre un censo de 1,44 millones), muy superior a la de hace cuatro años, 54,91%.

En este caso, a diferencia del PV, las fuerzas favorables a la autoderterminación son minoritarias.

Actualización (30/9): un recuento en Vizcaya otorga un escaño más a Bildu, en detrimento del PNV; así pues, el PNV se quedaría con 28, mientras que Bildu subiría a 18; de esta forma, el PNV en solitario ya no podría conseguir todos los síes necesarios para investir a su candidato sin necesidad de ningún acuerdo; también le aleja por uno de la mayoría absoluta con el PSE-EE, que se perfilaba como su socio.