Un 6,81% de los andaluces votaron y se quedaron sin representación

Antes de entrar en materia (algo que ya tienen en el cuadro 1, arriba publicado), les voy a explicar un poco el sentido de esta entrada: me parece interesante revisar las consecuencias del sistema electoral en el reparto final. El sistema influye en la cultura electoral, en la forma en que votamos (y tomamos las decisiones), al igual que esta cultura (que no es estática), a su vez, fuerza cambios en el sistema. No se puede, realmente, extrapolar o jugar con los resultados como hago, al menos no pensando en que será un calco si cambiáramos el sistema, sirve nomás de ejercicios intelectual y para ver cómo las cosas, con pequeños o no tan pequeños cambios legales, pueden variar. Estos ejercicios-juegos los hago bastante en mi bitácora personal, pueden ver el realizado para los comicios andaluces de 2012.

Se dice que los comicios no son extrapolables, creo que es cierto, al menos parcialmente; pero sí nos sirven estas extrapolaciones para poder tomar fotografías electorales de cada momento, sirve para ver tendencias. Acá les dejo un breve comentario de ese Cuadro 1.

Los 60 escaños del Congreso de los Diputados

En Andalucía se reparten 60 escaños (mínimo 2 por provincia, esto nos da una base de 16; el resto se reparten según la población); no he cambiado el reparto provincial de 2011 para no complicar el análisis con variaciones poco significativas (dada la evolución del padrón). La victoria del PP en las generales del 2011 en Andalucía presidió a su buen resultado (ganó sin mayoría absoluta) en las legislativas de esa comunidad; ¿espera el PSOE devolver la jugada?

En el análisis, el PSOE-A ganaría 2 escaños, situándose con 27 en total, mientras que el PP-A se desplomaría y pasaría de 33 a 20, la caída es inmensa, 13 curules menos, una bajada de 39,39%.

Izquierda Unida seguiría con representantes de la comunidad, pero solamente uno. Entran con fuerza en el Congreso de los Diputados Ciudadanos (3 andaluces) y Podemos (9). Ojo, con 9 se pondría justo por debajo de Izquierda Unida y muy por encima de lo que tiene UPyD o Amaiur en este momento, ¡y solo hablamos de una comunidad!

Sistema de reparto de los puestos

Algo que me llamó la atención es el parejo reparto de escaños en Andalucía, así Sevilla (con casi dos millones de habitantes) tiene menos del doble de curules que Huelva (con medio millón de empadronados). ¿Cómo es posible? Sencillo, el sistema combina un mínimo alto (8 escaños por circunscripción) con el sistema de resto mayor para el reparto de los otros 45 escaños (de hecho, si aplicáramos el D’Hondt, solo variaría un puesto de provincia). Junto con esta norma legal, nos encontramos con el art. 104 del Estatuto de Autonomía que prohíbe que una circunscripción tenga más del doble de escaños que otra.

Así pues, aunque Sevilla sea casi cuatro veces Huelva jamás podrá tener más del doble de representantes, con lo que cada sevillano está subrepresentado. Personalmente soy más favorable a la combinación de una cámara con distrito único y otra territorial (para poder favorecer la representación en ese ámbito) antes que estos «apaños» de mínimos. Si se mantiene la circunscripción múltiple, creo que resulta más favorable no colocar un mínimo o, al menos, que este no afecte realmente al reparto. Además, no colocaría un máximo. He probado con Hare y con D’Hondt y en ambos obtengo el mismo reparto (tiene mucho que ver con la poca diferencia real entre las provincias y el alto número de diputados a repartir), con lo que simplemente dejo indicado (en el cuadro 2) cómo quedaría la representación por provincia; pueden observar que en mi propuesta el peso poblacional es realmente parecido al peso de los escaños en la cámara andaluza.

Cuando en el siguiente cuadro hable de «distribución modificada» me refiero a la de este epígrafe.

Distintos repartos para una misma votación

Esta es la joya de la corona de los cuadros que acá enseño. Nos muestra cómo cambiando la forma de repartir los escaños obtenemos parlamentos muy distintos. Es un cambio aparentemente menor pero sí que influye.

En la última columna, por ejemplo, tenemos un reparto mediante el sistema de Resto Mayor, cuota Hare, en distrito único (se juntan los votos de toda Andalucía) y sin barrera o valla electoral (nada del 3%), con lo que entran hasta 9 formaciones. Es cierto que Vox y PACMA están sobrerrepresentados, pero poco en relación a lo que ahora está el PSOE (más de siete puntos) o el PP (casi cuatro). Pueden ver que, en todo caso, es la distribución que más se acerca a los votos válidos obtenidos por esos mismos partidos.

Del cuadro (les pido que lo miren con calma), me ha parecido interesante cómo con la distribución modificada que planteo el PSOE-A pierde dos escaños que no los gana el PP, sino Podemos y Ciudadanos (uno cada uno). Esta modificación requiere un cambio en el Estatuto de Autonomía (cambio del límite); mucho más fácil es simplemente cambiar el sistema de reparto, del D’Hondt por otro como Resto Mayor – Hare, con lo que el PSOE-A perdería directamente 6 escaños y el PP 1, Podemos (1), Ciudadanos (2), IU (3) y UPyD (2) se verían beneficiados. Sí, señores, UPyD entraría en el parlamento andaluz simplemente cambiando la forma en que se reparte dentro de cada circunscripción (ganando uno en Málaga y otro en Sevilla)… eso y la barrera electoral, claro (no llega al 3% en ninguna parte). Curiosamente, este aumento de Ciudadanos, dada la bajada del PSOE-A, llevaría consigo la cualidad de partido clave que ahora tiene.

Las leyes, amigos lectores, no son neutras; el que se reparta de una u otra forma está calculado… o lo fue cuando la ley se estableció, hace ya más de treinta años, y quien se ve beneficiado por una norma rara vez la cambia.

¿A cuántos representan?

Algo que me gusta hacer, sobre todo cuando hubo mucho ausentismo (como es el caso), es comparar los votos válidos obtenidos con otras magnitudes como: censo electoral y habitantes totales. Andalucía cuenta con más de 8 millones de personas y fueron a votar 4 millones; en concreto, votó el 47,74% de los habitantes de esa comunidad.

Podemos ver que el ganador, el PSOE-A, tiene el 43% de la cámara pero solo el 35,43% de los votos válidos; esta cifra baja cuando hablamos de personas con derecho a voto (22,42%) o los habitantes (16,74%); en realidad tenemos que la suma de Ciudadanos con el partido de la rosa tiene mayoría absoluta en la cámara, pero 28,29% del apoyo explícito de las personas con derecho a voto o, si quieren, el 21,1% del voto de los habitantes.

Cuando se llenan con la palabra del pueblo, habría que recordarles a cuántos representan realmente.

Espero que este ejercicio les haya resultado interesante y, al menos, les haya hecho pensar en las elecciones o el sistema electoral desde otra perspectiva.